Juan C. Quero A. Mediador de seguros Miembro de la CEP de Alternativa Mijeña
Cantaba el amigo Lou Reed “Walk on the Wild Side” (Paseo por el lado salvaje); canción icono contracultural de la historia musical. En ella, varios personajes van a Nueva York para salir del armario de sus irrealizadas vidas. Candy es uno de ellos, acaba en un cuartucho siendo “encantadora con todo el que se acercaba, pero nunca perdió la cabeza; ni siquiera cuando la estaba mamando”. ¿Comparamos con la casta política? Invito a pasear por el lado ‘zarbahe’ de Mijas mientras os susurro la felación democrática que nos hacen nuestr@s gobernantes locales. El comienzo de una fellatio no es como en esas películas que miramos de reojo, tirarse sobre el miembro viril cual hiena por despojo no es elegante. Hay que actuar con la misma delicadeza que nuestr@s mandamases. Primero calientan el ambiente, más en periodo pre-electoral. Hacen sonar cantos de sirenas para que vuelvas a votarles a la vez que lenta y circularmente masajean el pantalón del Pueblo. Buscan que no pienses con la cabeza que tienes sobre los hombros y sí con la de la entrepierna. Acercan sus labios a tu oreja para sugerir como nuevas ideas sus viejas promesas incumplidas en legislaturas pasadas. A la par, desabrochan la bragueta los mismos hábiles dedos que hacen desaparecer el dinero público. Sin que lo notes te han bajado la cremallera y los pantalones… la cosa se está levantando por su propio peso. Magreos suaves o con pizca de violencia sobre tus calzoncillos harán que la sangre se arremoline en esa parte versátil de tu cuerpo y una voz melosa te dice que ningún otro partido te hará sentir algo igual. Desaparecida la prenda interior, el contacto del aparato municipal con el aparato genital se produce con rítmicas y acompasadas subidas y bajadas que te harán creer sus incitantes mentiras. Controlan tus emociones genitales. La misma boca que habla, esos labios que engañan y aceptas se acercan a tu sexo. Leves besos y succiones cada vez más intensas, manos que amansan la rebeldía acarician suavemente tus testículos hasta que sólo piensas que no hay nada en que pensar; disfrutar el momento sin preocuparte del futuro y olvidar el pasado. Sientes que se acerca el clímax, la semilla de la vida se desparramará en la cara del gobernante municipal, y de pronto… ésta se aparta, sus manos vuelven a su cartera, tu esperma retrocede a regañadientes con el consiguiente dolor y te inunda una desolación provocada por el fellatio interruptus. ¿Qué ha pasado? Estabas ‘atontao’, concentrado para que aquello no acabara nunca, ha llegado el día de las elecciones, te han ‘engaxolao’, has vuelto a votar más de lo mismo y mientras relames la decepción, un notificador del ayuntamiento te entrega una factura por el “servicio” prestado. Por su parte, la oposición ejerció de mirón. Piensan igual y harían lo mismo con el pene del Pueblo, pero hasta que no esté instalada en el poder, protestarán alegando que el método no es válido por no haber usado preservativo. Conclusión: Hay que buscar sexo alternativo y participativo. *Según opción sexual, cambiáis felación por cunnilingus, y todo saldrá a pedir de boca.
Escrito por Alternativa, el Lunes, 08 de Noviembre 2010
