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PRINTEAR ARTICULO Artículo "Dame pan y dinos tont@s, a mí y a mis niet@s"


DAME PAN Y DINOS TONT@S, A MÍ Y A MIS NIET@S

Huan Porrah Blanko
Profesor de Antropología Social y Cultural
(Universidad Pablo Olavide)
Agricultor ecológico
Concejal de 'Alternativa Mijeña y Los Verdes'



¿Qué son los escrúpulos? ¿Algo que nos hace piquismiquis? ¿Algo que entorpece el progreso? ¿Algo que nos hace ser socialmente más humanos? ¿Por qué a alguna gente le da por ponerle pegas a cuasi todo, entorpeciendo la “lógica” de la actuación directa en “producir beneficios”?

Echando mano del diccionario encontramos una definición de escrúpulo tal que “duda o recelo que trae desasosegado el ánimo”. Y bueno, diremos much@s, ¿por qué habrá gente que se complica la vida, con eso de tener tantos escrúpulos?

Parejo al escrúpulo surge a veces entre nosotr@s, presunt@s human@s, otro bache en el camino, de nombre conciencia, entendida lingüísticamente como “conocimiento interior del bien que debemos hacer y del mal que debemos evitar”; una especie de conocimiento reflexivo de las cosas y situaciones que nos rodean.

[Leyendo este artículo-moralina podrías pensar que suspendí las oposiciones a cura, sin embargo a mí me ha tocado hacer de político por las circunstancias que vivimos, aunque, sinceramente, mi ateísmo humanista lleva a mi conciencia a tener escrúpulos en calificarme como “político”, habida cuenta de cómo se las gastan “mis colegas”].

En una tertulia improvisada en La Bóveda con mi amigo biólogo David, a la kaló der bino durze der terreno, propio de estas fechas, nos pusimos a elucubrar sobre qué puede realmente determinar una cualidad distintiva que haga al ser humano diferente del resto de primates y demás animales y plantas. Tras descartar el “alma”, la “inteligencia”, el pensamiento simbólico y cosas por el estilo caímos en algo inequívocamente distintivo: la capacidad de hacer daño -'el mal'- con premeditación y alevosía. “¡Ba!, xalaúrah de borraxoh en la tabehna”, dirás tú.

Hay quien piensa que la falta de pan nubla la conciencia y quita muchos escrúpulos, algo así -llevado a los extremos- como que quien pasa hambre sería una persona quizás menos humana. Pero hay quien sube un peldaño más, y utiliza el hambre de los demás para hacer negocio; l@s parad@s como escudos humanos para cometer cualquier hexuría que traiga pahné (y algo de pan para esos parados, ¡claro!, para que no se note mucho). ¿Crees tú que es verdad eso que piensan, que no hay dignidad entre los necesitados? ¿Pueden hacer con nosotr@s y nuestro entorno y futuro lo que quieran?

“Nuestras” Atalayas, Valles golfos y Puertos náuticos encierran una retórica de progreso en-el-más-de-lo-mismo-produce-crisis para darles “pan” a aquell@s miheñ@h que se habían malacostumbrado a comer caviar. Sin escrúpulos, no fear, sin complejos en apropiarse de un presente y un futuro que hay que consumir a toda prisa y ahora, ya que nuestr@s niet@s seguro que van a tener pan y caviar de sobra, ¿no? “¡Ke ze buhken la bía, ke yo ya a zufrío lo mío!” ¿Escrúpulos a mí? ¡Viva Miha! (o lo que quede de ella).

Mal arreglo tiene esta crisis si no le ponemos imaginación y conciencia.

14 December 2011 07:23 PM